

ESTUDIO PARA CÉLULAS
Comentarios Aliento Cotidiano – septiembre/octubre 2025
Autor: Alexis Olah
OCTUBRE
Lunes 20 de octubre
EL PODER DE LA BENDICIÓN
“»Así invocarán mi nombre sobre los israelitas, para que yo los bendiga»”.Números 6:27 (NVI)
Las palabras soltadas por las personas en autoridad tienen poder para traer bendición o maldición a los suyos. Como sacerdotes del hogar debemos cuidar lo que sale de nuestra boca y aprovechar ese poder para proclamar la Palabra de Dios sobre los demás.
1. HAY PODER EN NUESTRA BOCA
¿Somos conscientes de esto? ¿Le prestas atención a lo que sale de tu boca?
A. Poder de vida y de muerte (Proverbios 18:21a)
“Un juez puede pronunciar sentencia de vida o muerte. Las palabras de un necio pueden causar su propia muerte (ver Prov. 18:7), pero el uso sabio de las palabras conduce a una vida feliz y próspera”.[1]
B. Poder de destrucción y de sanidad (Proverbios 12:18)
Las diferentes versiones reflejan el poder destructor de nuestras palabras. Hablan de: “golpes de espada” (RV60), “comentarios hirientes” (NTV), “puñaladas” (RVC), “herir con un cuchillo” (TLA).
Pero también demuestran su poder sanador: “traen alivio” (NTV), “es medicina” (RV60), “brinda sanidad” (NVI), “todo lo sana” (BLP).
C. Poder de bendición y de maldición (Santiago 3:9-11)
En los versículos anteriores, Santiago viene explicando la necesidad imperiosa de domar la lengua, ya que tiene el poder de encender un gran fuego.
¿Qué tipo de confesiones brotan de tu interior? ¿De qué clase de fuente estás dando a beber a los demás con tus palabras?
2. EL LENGUAJE EN EL HOGAR
Repasemos algunas claves para utilizar correctamente el poder de las palabras.
A. Hablar la verdad (Efesios 4:25)
No solo hay que hablar la verdad, también hay que “dejar la mentira” o “desechar la falsedad”. Como suele jurarse en los tribunales: decir la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad.
Ocultar ciertas cosas o no contar toda la verdad es una forma de engaño.
B. Evitar el lenguaje obsceno (Efesios 4:29)
Jesús dijo: “Lo que entra por la boca no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por las palabras que salen de la boca»” (Mateo 15:11, NTV).
También en Lucas 6:45 (RVC): “El hombre bueno, saca lo bueno del buen tesoro de su corazón. El hombre malo, saca lo malo del mal tesoro de su corazón; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
C. Pensar antes de hablar (Proverbios 13:3)
Según el dicho popular: el que calla, otorga.
Según la Palabra de Dios: “El verdadero sabio emplea pocas palabras; la persona con entendimiento es serena. Hasta los necios pasan por sabios si permanecen callados; parecen inteligentes cuando mantienen la boca cerrada” (Proverbios 17:27-28, NTV).
D. Contestar con amabilidad (Proverbios 15:1)
“La blanda (lit. “suave”) respuesta puede disipar una situación potencialmente tensa al quitar la ira de las personas (ḥēmâh, “cólera”). Ser una persona conciliadora en una situación de esas, requiere pensar antes de hablar, ejercer la paciencia, el autocontrol y la bondad, que son virtudes que con frecuencia se alaban en Proverbios. Por el contrario, una palabra áspera (lit., “hiriente”) hace subir, en lugar de disipar, el furor”.[2]
E. Usar palabras que edifiquen (Proverbios 12:25)
Nuestro buen vocabulario puede producir en los demás sentimientos de ánimo y alegría, quitar la congoja y reducir la angustia.
“Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen” (1 Tesalonicenses 5:11, NTV).
3. LA BENDICIÓN SACERDOTAL (Números 6:22-27)
Escribe Matthew Henry al respecto: “Los sacerdotes, entre otros buenos servicios que habían de desempeñar, reciben de Dios mandamiento solemne de bendecir al pueblo en nombre de Jehová. Aunque el sacerdote, por sí mismo, no podía hacer otra cosa que implorar la bendición de Dios, al ser, sin embargo, intercesor en virtud de su oficio, y haciéndolo en nombre de quien mandaba dar la bendición, su oración comportaba una promesa y por eso, él la pronunciaba como quien tenía autoridad para ello, alzaba sus manos a la altura del rostro y extendidas hacia el pueblo”.[3]
A. Protección (v. 24)
El Señor cuida de Su pueblo. Bien podríamos complementar esta bendición con el cántico de los peregrinos del salmo 121.
B. Favor (v. 25)
Que Jehová haga resplandecer el rostro sobre uno significa que lo mire con favor. “Que tu favor brille sobre tu siervo; por causa de tu amor inagotable, rescátame” (Salmo 31:16, NTV).
C. Paz (v. 26)
“El último pedido, que Dios ponga en ti paz, es el más rico de todos. En el hebreo, shalom significa mucho más que la ausencia del conflicto; incluye las ideas de prosperidad, salud, gozo, bienestar total, y aun la salvación. ¡Qué bendición más rica que Dios ofreció a su pueblo si se mantenía santo y obediente!”[4]
Conclusión: Las palabras que se utilicen en el hogar marcarán el destino de la familia. Decide hoy hablar palabras de vida.
Oración: Limpia mi boca, Señor, purifica mis labios para que hablen solamente lo que hay en Tu corazón y proclamen Tus bendiciones.
Acción: Lee el capítulo “Hay poder en la bendición” del libro “¿Y por casa cómo andamos?” de los pastores Omar Jr. y Alejandra Cabrera. Comienza a proclamar una bendición a diario sobre los tuyos como un buen sacerdote del hogar.
[1]Hernández, E. A., Lockman Foundation. (2003). Biblia de estudio: LBLA. (Pr 18.21). La Habra, CA: Editorial Funacion, Casa Editoral para La Fundacion Biblica Lockman.
[2] Walvoord, J. F., & Zuck, R. B. (2000). El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Antiguo Testamento, tomo 4: Job-Cantar de los Cantares (p. 304). Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C.
[3] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 147). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
[4] Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. . (1993–). Comentario bı́blico mundo hispano Levitico, Numeros, y Deuteronomio (1. ed., p. 182). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Lunes 27 de octubre
UN SACERDOCIO MULTIGENERACIONAL
“Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto eterno, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios y el Dios de tus descendientes”. Génesis 17:7 (NVI)
Dios nos da la oportunidad de ser de influencia a las futuras generaciones, no solo a los hijos sino también a los nietos y los que vendrán después de ellos.
1. EL DEBER SACERDOTAL ERA HEREDITARIO
Para que esto sucediera, debía haber una consagración de parte de las personas para el llamado de Dios. “La obra que había de realizarse era la consagración de las personas que Dios había escogido para sacerdotes, por la cual ellos se dedicaban y se ofrecían a sí mismos para el servicio de Dios, y Dios manifestaba que los aceptaba como a tales, y el pueblo había de saber que estos hombres no se glorificaban a sí mismos para ser hechos sacerdotes, sino que eran llamados por Dios (He. 5:4–5). Nótese que todos cuantos van a ser empleados en servir a Dios, tienen que ser santificados para Él. En primer lugar, ha de ser aceptada la persona; sólo después, puede ser aceptado su servicio”.[1]
A. Era una ley de Dios (Éxodo 29:9b)
Dios, en Su ley para el pueblo de Israel, había determinado que el sacerdocio sería, para la familia de Aarón, un derecho perpetuo.
B. Debía ser transferido a la siguiente generación (Éxodo 29:29)
Esta es nuestra responsabilidad. Tenemos que transferir a las próximas generaciones nuestra dignidad y consagración al Señor. El rey David supo cantar: “Que cada generación cuente a sus hijos de tus poderosos actos y que proclame tu poder” (Salmos 145:4, NTV).
2. EL DIOS DE GENERACIONES
Una y otra vez, Dios se manifestó demostrando su interés no solo en un individuo sino en su familia y su linaje.
A. Se presenta a Jacob (Génesis 28:13)
Cuando Jacob se aparta de la casa de sus padres y comienza su propia historia, Dios mismo se le aparece en sueños, se presenta como el Dios de su abuelo y de su padre y le cuenta los planes de bendición para su descendencia (V. 14-15).
B. Se presenta a Israel (Éxodo 3:15)
Aquí Dios le explica a Moisés cómo debía presentarlo ante el pueblo al que estaba siendo enviado. En el v. 14 le había dicho cuál era Su nombre, pero luego se asegura de ser conocido como el Dios de sus antepasados que debe ser recordado por todas las generaciones.
C. Jesús es presentado (Mateo 1:1)
Mateo escribió su evangelio para los judíos y lo primero que hizo fue asegurarse de presentar al personaje principal de su historia de tal manera que los lectores pudieran identificarse con Él por sus lazos de sangre. El registro va desde Abraham (v. 2) hasta Jesús, el Mesías (v. 16).
“Al presentar a Jesús como el Rey-Mesías de los judíos, Mateo empieza con el registro de los antecesores de José, y lleva su genealogía sólo hasta Abraham, padre de los judíos. Así la primera cuestión que el evangelista se propone aclarar en la mente de un judío es que Jesús, como hijo de David, está vinculado al pacto davídico y a los derechos del trono. Y como hijo de Abraham, al pacto abrahámico y a los derechos de la Tierra Prometida”.[2]
3. INFLUENCIANDO A LOS QUE VENDRÁN
Nuestra actitud debe ser la del salmo 102:18: “Esto, Señor, quedará escrito para los pueblos futuros, ¡para que las generaciones del mañana te alaben!” (RVC).
A. Jacob bendijo a sus nietos (Génesis 48:20)
Los padres tienen autoridad legal sobre sus hijos y deben bendecirlos constantemente, pero los abuelos también tienen autoridad sobre sus nietos, como lo demostró Jacob, y también deberían aprovechar cada oportunidad para bendecirlos.
B. Desde Noemí hasta David (Rut 4:14-17)
El legado de Noemí parecía destruido totalmente por la muerte de sus dos hijos, pero ella cuidó de Obed como si fuera su propio hijo. Ella protegió, bendijo y guio a quien llegaría a ser abuelo del rey David.
C. Desde Loida hasta Timoteo (2 Timoteo 1:5)
El apóstol Pablo podía reconocer la misma fe sincera en la abuela, la madre y también en Timoteo. “La fe que había habitado en la abuela de Timoteo y en su madre eran propias respectivamente de ellas. Timoteo hubo de creer también personalmente para ser salvo. En otras palabras: la fe no se hereda ni se comunica. Nadie puede creer por otro, ni dar la fe a otro, como no puede alimentarse por otro ni dar la salvación a otro”[3].
Conclusión: Dios trata de manera personal con cada uno pero desea que la fe y la bendición sean transmitidas a las siguientes generaciones.
Oración: Proclama junto con David “Nuestros hijos también lo servirán; las generaciones futuras oirán de las maravillas del Señor. A los que aún no han nacido les contarán de sus actos de justicia; ellos oirán de todo lo que él ha hecho” (Salmos 22:30-31, NTV).
Acción: Haz posible que los abuelos tengan un tiempo de devocional directamente con sus nietos y que les compartan su fe y les impartan su bendición. Si eres joven, acércate a los mayores para oír de ellos acerca de sus historias de fe.
[1] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 104). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
[2] Rı́os, A. (1994). Comentario bı́blico del continente nuevo: San Mateo (p. 22). Miami, FL: Editorial Unilit.
[3] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (pp. 1759–1761). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Comentarios Aliento Cotidiano – septiembre/octubre 2025
Autor: Daniel Duarte
NOVIEMBRE
LUNES 3 de noviembre
Orar
Texto: “Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú.” (Isaías 43:1 - LBLA).
Introducción: Recordemos la misión: cinco personas que no conocen al Señor. Durante estos cuarenta días vamos a desarrollar nuevos hábitos. Esta primera semana nos dedicaremos a orar por ellos, cinco minutos por cinco personas.
I. Orar por cada uno de ellos por su nombre (1 Timoteo 2:1, 3, 4 - LBLA).
En la Sagrada Escritura encontramos cuantiosas referencias acerca de la manera en la que nuestro Padre celestial nos identifica individualmente (cf. Salmos 139 - LBLA).
A. La importancia de la identidad (Juan 10:3 - LBLA).
Jesús enseñó que un buen pastor llama a cada una de sus ovejas por nombre, y ellas lo siguen porque conocen Su voz. Todos tenemos un nombre que nos identifica; para Dios siempre fueron importantes los nombres de las personas (ver Génesis 17:5, 15,16; Lucas 1:13-15 - RVR60).
B. La importancia de la individualidad (Hechos 9:10-17 - NVI).
Se trata de orar no de forma general, sino de manera particular por cada uno de los que tenemos en la lista. Es la manera en la que Dios ve al resto de la creación (ver Salmos 147:4 - NTV), mucho más a las personas.
C. La importancia del reconocimiento (Lucas 15:4-6 - LBLA).
Ese Dios que “amó de tal manera al mundo” (cf. Juan 3:16 - RVR60), siempre está buscando a la persona que no está en Su redil. Hoy estamos dando el primer paso y lo estamos dando juntos, al presentar delante de Dios a cinco personas por nombre.
II. Orar lo que Dios quiere (1 Juan 5:14 - LBLA).
Implica pedir a Dios aquello que está en armonía con su carácter, sus propósitos y sus enseñanzas reveladas en la Biblia (ver Salmos 143:10 - RVR60).
A. La importancia de alegrar el cielo (Lucas 15:7, 10, 32 - LBLA).
Hay oraciones que son recibidas con más alegría en el cielo. La Biblia enseña que la oración es un medio poderoso para interceder por otros, incluyendo a aquellos que aún no han aceptado a Jesucristo como su Salvador (ver Mateo 18:14; 2 Pedro 3:9).
B. La importancia de asociarnos con Dios (Juan 17:20 - LBLA).
Nos gusta tener seguridad en lo que hacemos u oramos, aquí la seguridad no está dada por nuestra pericia, sino porque nos involucramos con la voluntad del Señor. En esta ocasión nos pondremos del lado de su reino, totalmente identificados con su causa y ayudaremos a que se extienda. Al Padre Celestial le gusta asociarse con nosotros para trabajar en equipo (ej. Moisés, Débora, etc.). Aunque nuestro papel en la salvación de la humanidad es secundario, el Señor nos sigue invitando a pelear la buena batalla por nuestros amigos (cf. Mateo 18:10-11 - LBLA).
C. La importancia de renovar el entusiasmo (Salmos 40:8 - LBLA).
Algo interesante sucede cuando nos disponemos a ser de bendición para otros: nuestras propias vidas son transformadas, también. Levantarse cada mañana con un propósito nos ordena los pasos, nos motiva, y la llama para hacer la obra del Señor vuelve a encenderse. El entusiasmo por hacer la voluntad de Dios viene de una disposición alegre y diligente para cumplir con Sus enseñanzas; se nutre tanto en las acciones como en las actitudes (ver Colosenses 3:23 - NVI).
III. Orar por corazones abiertos (Hechos 16:14 - NVI).
Este pasaje describe la situación inicial de Lidia. Era una mujer de negocios, de una ciudad conocida por su producción de tintes púrpuras. El Señor abrió su corazón para que pudiera entender y aceptar el mensaje de Jesús. Lo mismo sucedió en el caso de Cornelio, el carcelero de Filipos y con Crispo en Corinto (cf. Hechos 10:48, 16:32, 18:8 – RVR60).
A. La importancia de la revelación (2 Corintios 4:4 - LBLA).
El apóstol Pablo dice que el diablo domina este mundo y se ha encargado de cegar la mente de los que todavía no han creído. La Biblia describe la incredulidad como un velo que impide a las personas ver la verdad espiritual, y la compara con una venda que cubre los ojos. Este velo es removido cuando la persona se convierte al Señor y entrega su vida a Él (cf. 2 Corintios 3:16 - RVR60).
B. La importancia del arrepentimiento (Hechos 17:30 - RVC).
El arrepentimiento no es solo un sentimiento, sino una transformación del corazón, un cambio de dirección y de vida (cf. 2 Corintios 7:10; Proverbios 18:13; Marcos 1:14-15). Arrepentirse es despertar y salir de la trampa del enemigo (cf. 2 Timoteo 2:25-26 - NVI).
C. La importancia de la salvación para ellos y su familia (Hechos 16:31 - NTV).
A este hombre se le acababan de caer las vendas de sus ojos espirituales y rendido en el suelo listo para arrepentirse, escuchó a los discípulos decir: “Cree en el Señor Jesucristo y serán salvos tú y tu familia” (cf. Hechos 16:31 - RVR60). Nos genera muchísima expectativa saber que con nuestra oración y acción podremos hacer que familias completas lleguen a compartir toda la eternidad en el cielo con nosotros.
Conclusión: Orar por los que no conocen al Señor es una práctica que agrada a Dios y es un acto de amor y compasión. Al orar por ellos, estamos pidiendo que el Espíritu Santo toque sus corazones y los guíe hacia la salvación.
Acción: (1) Nos acercaremos a las personas que vemos con frecuencia, les preguntaremos sus nombres para que dejen de ser extraños y podamos comenzar a orar por ellas. (2) Recortaremos la página “Mi lista de cinco nombres” del libro, 40 días de ayuno, oración y acción y la colocaremos en un lugar visible para tenerla siempre presente. (3) Buscaremos contagiar luz de manera práctica en el lugar donde nos desenvolvemos.
Oración: (1) Pedimos con fe que las cinco personas de nuestra lista comiencen a percibir y experimentar que Dios las llama de manera personal. (2) Oremos específicamente por la conversión de cada uno de nuestros cinco amigos, sabiendo que esa es la voluntad del Señor. (3) Oramos para que los corazones de los cinco se abran, que las vendas espirituales caigan de sus ojos y se arrepientan. Pedimos también que ellos y sus familias puedan creer y alcanzar la salvación.
LUNES 10 de noviembre
Escuchar
Texto: “Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse”. (Santiago 1:19 - NTV).
Introducción:
Recordemos la misión: Alcanzar a cinco personas que no conocen al Señor. Durante estos cuarenta días estamos desarrollando nuevos hábitos. Esta segunda semana nos dedicaremos a escuchar, una habilidad que muchas veces descuidamos, que representa un verdadero desafío, y en la que pondremos nuestro foco de atención.
I. Las conversaciones como puente (Juan 4:28-30 - LBLA).
A través del diálogo, se comparten experiencias, se ofrece apoyo y se fomenta la cercanía, creando puentes que unen a las personas. Comunicarse bien no es solo una cuestión de conocer las mejores formas de expresarse, sino entender el poder de las palabras (cf. Proverbios 12:18, 18:21 - RVR60) para fortalecer las relaciones interpersonales.
A. El poder de las buenas relaciones (Mateo 22:39 - RVR60).
Hoy más que nunca, la clave de la acción evangelizadora pasa por relaciones basadas en el amor. Las relaciones se construyen de una conversación a la vez. Así de simple y, a la vez, así de profundo.
B. El poder de la conversación (Lucas 19:1-10 - LBLA).
El impacto positivo de una buena charla es algo que nunca debemos subestimar (cf. Juan 3:1-15; Hechos 8:26-40, 10:23-33). Al principio, daremos lugar al Espíritu Santo para que, más allá del tema del que se hable, Su gracia se haga presente y cree sed, abriendo el camino.
C. El poder de generar oportunidades (Efesios 5:16 - NVI).
La adicción a la tecnología, el ritmo de vida y muchos otros factores parecen no ayudar demasiado a la hora de cultivar vínculos. Al mismo tiempo, tengamos en cuenta que, mientras nos familiarizamos con el arte de escuchar, necesitamos que haya alguien frente a nosotros con ganas de hablar. Por ello, debemos tener una actitud expectante a lo que hará el Señor (ver Hechos 4:33 - RVR60).
II. La amistad como puente (Mateo 11:19 - NVI).
Como cristianos, debemos buscar imitar la conducta, los valores, las prioridades y las costumbres de Cristo. Para tener en cuenta, recordemos también lo que Dios le dijo a Jeremías: “Tienes que influir en ellos; ¡no dejes que ellos influyan en ti!” (Jeremías 15:19 - NTV).
A. El poder de la amistad (Proverbios 18:24a - RVR95).
La Biblia destaca el poder de la amistad como una fuente de alegría, apoyo y crecimiento, enfatizando que los verdaderos amigos pueden ser más valiosos que los lazos familiares (cf. Proverbios 17:17 - RVR60).
B. El poder de la gracia (Juan 1:14 - RVR60).
Jesús estaba lleno de gracia y de verdad (en ese orden). A la mujer adúltera, Jesús primero le mostró su gracia protegiéndola de morir apedreada, luego le dijo: “…vete y no peques más” (Juan 8:11 - RVR60). Seamos personas que muestran compasión en lugar de condena.
C. El poder de escuchar sin prejuicios (Mateo 7:1 - RVR60).
Escuchar a las personas con sus historias, sus heridas, sus miedos y sus dudas sin juzgarlas puede transformar un corazón con mucha más facilidad de lo que podrían lograr mil sermones. Aunque buscaron afectar la reputación de Jesús, su verdadero propósito en la Tierra era buscar y salvar lo que se había perdido (cf. Lucas 19:10 - RVR60).
III. El respeto como puente (Mateo 7:12 - LBLA).
No importa si somos tímidos o comunicativos, tampoco importa cuán interesante puede sonar el tema que el otro está desarrollando; la prioridad siempre será escuchar y hacerlo bien.
A. El poder del silencio activo (Mateo 13:9 - RVR60).
Recordemos que, para tener buenas conversaciones, en gran medida, pasa por estar dispuestos a escuchar. Esto es precisamente lo que planteamos en estos días, porque una de las necesidades más importantes que tiene el ser humano es la de ser escuchado, y Jesús lo hacía (cf. Juan 5:6-8 - RVR60). La falta de disposición para escuchar puede resultar en consecuencias negativas. No solo se trata de escuchar con los oídos físicos, sino también con el corazón.
B. El poder de la humildad (Proverbios 20:12 - NVI).
Cuando escuchamos, nos mostramos generosos, y eso siempre despertará algo positivo del otro lado. Al escuchar activamente, se reconoce la importancia y valor del otro, lo cual refleja una actitud humilde. Jesús es el gran ejemplo (cf. Lucas 18:40-42 - RVR60).
C. El poder del respeto (Mateo 7:12 - RVR60).
Es la regla de oro: si queremos que otras personas respeten lo que pensamos y creemos, nosotros también tendremos que hacer lo mismo. No hablamos de coincidir ni de aprobar lo que todos tengan para decir; nos referimos al excelente gesto de amor que significa escucharlos.
Conclusión: Las relaciones auténticas se construyen por medio de la conversación. Escúchalos con compasión y empatía. Si queremos ganarnos el derecho a ser escuchados por las personas por las que estamos orando, el primer paso debemos darlo nosotros.
Acción: (1) Hoy buscaremos con expectativa generar conversaciones productivas donde la otra persona pueda sentirse valorada tanto por Dios como por nosotros. (2) Dejando de lado nuestros prejuicios, nos enfocaremos en mostrar gracia a nuestros amigos antes de expresar toda la verdad que deseamos compartir. (3) Sin apresurarnos para hablar u opinar, seremos respetuosos con nuestros semejantes.
Oración: (1) Pedimos específicamente que se pueda entablar una relación cercana con las personas de nuestra lista, comenzando hoy mismo. (2) Oramos por la historia particular que hay detrás de cada uno de los cinco amigos en nuestra lista. (3) Oramos para que el Señor nos revele si hay orgullo en nuestra actitud durante las conversaciones, y que moldee esa parte de nuestro carácter.
LUNES 17 de noviembre 2025
Comer
Texto: “Más tarde, Mateo invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama” (Mateo 9:10 - NTV).
Introducción: Recordemos la misión: cinco personas que no conocen al Señor. Durante estos cuarenta días estamos desarrollando nuevos hábitos. Esta tercera semana nos dedicaremos a organizar encuentros para comer.
I. Nos determinamos a estar libres de apariencias (Lucas 5:33 - NVI).
Jesús le daba mucho valor al momento de comer. Compartir una mesa con Jesús, transformó la vida de un funcionario enriquecido a costas del pueblo, incluyendo su escala de valores y produciéndole una transformación espiritual instantánea como pocas veces encontramos en las Escrituras. (cf. Lucas 19:5-10 - NVI).
A. Una mesa que muestra resultados (Mateo 6:6, 18 - RVR60).
Pensando en las cinco personas de nuestra lista, hemos doblado nuestras rodillas en privado. Como resultado de esa acción espiritual, saldremos al encuentro con otros con una actitud correcta y con la seguridad de que veremos los resultados de lo que se gestó en el tiempo con el Señor.
B. Una mesa que abre puertas (Hechos 2:46-47 - NTV).
Esta es una actividad que continuaron haciendo los discípulos después de la ascensión de Jesús. Compartir una comida tiene la asombrosa capacidad de derribar muros, acortar distancias y abrir el corazón de la gente.
C. Una mesa demuestra valoración (Lucas 14:12-14 - NTV).
Jesús instruye a un anfitrión sobre la hospitalidad, enfatizando la importancia de la generosidad desinteresada. El pasaje resalta la diferencia entre la recompensa terrenal y la celestial, promoviendo la humildad y la compasión. En el Antiguo Testamento encontramos a David, quien valoró la vida de Mefi-boset y lo sentó a su mesa (2 Samuel 9:7 - RVR60).
II. Nos determinamos a derribar los prejuicios (Hechos 10:28 - NVI).
Este desafío no es nuevo, y el pasaje bíblico nos muestra a un Pedro que se debate internamente ante esta posibilidad. El apóstol tuvo la bendición de que Dios mismo se encargará de mostrarle y hacerle entender que Él no hace acepción de personas (cf. Hechos 10:34 - RVR60).
A. Una mesa que prepara milagros inesperados (Lucas 14:1-6 - RVR60).
La enseñanza de Jesús sobre la importancia de la misericordia y la acción compasiva, incluso en contra de las normas tradicionales, es evidente. El milagro sucede en un hombre con hidropesía o edema (retención de líquidos) que está presente. Los planes del cielo son inimaginables y no debemos limitarlos con nuestras expectativas.
B. Una mesa para ser respuesta a otros (Juan 12:1-8 - RVR60).
En esta mesa, es notoria la posición de Jesús en contraposición a la de Judas. Es posible que algunos de nuestros amigos, a su modo y con la poca luz espiritual que tienen, estén buscando a Dios, y nosotros terminemos siendo la respuesta que ellos esperan y que el Señor les envía.
C. Una mesa que cambia nuestra mirada de los demás (Lucas 7:36-50 - RVR60).
En casa de un fariseo, una mujer, arrepentida y buscando perdón, experimenta la gracia de Jesús. Contrariamente, el anfitrión, en su actitud, revela una falta de humildad y comprensión de la gracia de Dios. Tengamos la actitud de Jesús.
III. Nos determinamos a ser una luz que no se esconde (Mateo 5:14-16 - NVI).
El pasaje describe el carácter de los ciudadanos del reino, y la metáfora de la luz indica la saludable influencia sobre la sociedad secular a medida que se ponen en contacto con ella. Asimismo, se nos insta a andar como hijos de luz (cf. Efesios 5:8 – RVR60).
A. Una mesa que no cubre la luz (Juan 8:12 - NVI).
Ahora Jesús se identifica como la fuente de luz, contrastando con la oscuridad espiritual del mundo. Son muchas más las horas que pasamos fuera del templo, y no hay ninguna razón ni argumento para pensar que durante ese tiempo nuestro propósito queda en pausa.
B. Una mesa a vista de todos (Mateo 5:16 - NVI).
Jesús dice que nuestras buenas acciones deben brillar a la vista de todos, cosa que difícilmente pueda ocurrir dentro de las cuatro paredes de nuestros lugares de reunión. Aprovechamos la oportunidad, especialmente única, que implica sentarnos en una mesa a compartir un buen rato con alguno de los cinco de nuestra lista.
C. Una mesa que acerca (Juan 1:4 - RVR60).
Jesús es la luz de todos los hombres. Es una invitación con dos aristas: por un lado, nos acercamos a nuestros nuevos amigos, y por otro, los acercamos a Jesús. Una invitación amable y un trato afectuoso de amistad hacen sentir valorado a cualquiera y pueden ser el comienzo de una historia de salvación y redención.
Conclusión: Movidos por el Espíritu Santo, simplemente queremos alcanzar cada corazón que nos sea posible, y para ello hemos elegido cinco. Al pensar en acciones concretas y estratégicas, no podemos dejar de mirar a Jesús. Sus movimientos, sus actitudes y sus decisiones siempre nos marcan el camino.
Acción: (1) Demostraremos a los cinco amigos de nuestra lista que los valoramos y apreciamos, invitándolos a compartir un rato alrededor de una mesa. (2) Nos acercaremos a ellos de manera voluntaria e intencional, enfocándonos más en sus necesidades que en sus pecados o reputación. (3) Decidiremos reservar un momento específico cada semana para dedicarlo de forma permanente a compartir una mesa con alguien que necesita a Dios.
Oración: (1) Pedimos una vida libre de apariencias, que refleje externamente nuestra verdadera vida interior. (2) Pedimos ser la respuesta que otros esperan y que seamos guiados hacia ellos. (3) Pedimos un cambio de corazón y de mentalidad para amar a las personas sin juzgarlas ni etiquetarlas.
LUNES 24 noviembre 2025
Servir
Texto: “así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28 - LBLA).
Introducción: Recordemos la misión: cinco personas que no conocen al Señor. Durante estos cuarenta días estamos desarrollando nuevos hábitos. Esta cuarta semana nos dedicaremos a servir a las personas. Servir a las personas les demuestra que te preocupas por ellas. A la gente no le importa cuánto sabes hasta que saben cuánto le importas. En adelante diremos que el servicio es una expresión porque es una forma en que las personas se manifiestan y se conectan con su entorno, mostrando sus habilidades, creatividad y valores.
I. El servicio descubre necesidades (Juan 12:20-22 - RVR60).
El servicio, en el más puro sentido de la palabra, es una de las facetas que representa más dignamente a un cristiano. Volcar desinteresadamente nuestro amor, tiempo, dedicación y hasta nuestros recursos para depositarlos en otros, muestra a un verdadero seguidor de Jesús (cf. 2 Corintios 12:15 - RVR60).
A. Expresión que brinda placer (Hechos 20:35 NTV).
Esta es una enseñanza pronunciada por Jesús y citada por el apóstol Pablo a los ancianos de la iglesia en Éfeso. El versículo enfatiza la importancia de la generosidad y el servicio a los demás como una fuente de gran alegría.
B. Expresión que ayuda a encontrar (Marcos 1:38 - RVR60).
Jesús siempre iba a donde estaban los necesitados. Los cinco nombres en nuestra lista representan cinco historias actuales, con sus presentes, sus logros, sus miedos y sus desafíos. Como ya habrás notado, sus necesidades se hacen evidentes de manera casi inevitable.
C. Expresión que no espera nada a cambio (Lucas 6:35 - NVI).
Este versículo, junto con la declaración del salmista, enfatiza la importancia de la generosidad desinteresada (cf. Salmos 37:26 - RVR60). Contiene en sí el concepto central del amor ágape, un amor incondicional que busca el bien del otro sin esperar recompensa personal.
II. El servicio manifiesta amor (Santiago 2:15,16 - LBLA).
Compartimos el evangelio con el propósito de cumplir la Gran Comisión; esto lo hacemos porque amamos a Dios y, al amarlo a Él, como consecuencia natural, amamos a las personas. Es el amor llevado a actos concretos. No hace falta que alguien tenga dificultades económicas o de salud para ser servido. Todos enfrentamos luchas, todos sentimos preocupación y angustia por diferentes temas y razones.
A. Expresión cargada de propósito (Santiago 2:15 - NTV).
Santiago pregunta para qué sirve. No hay forma de concebir un amor verdadero sin que se traduzca en acción. El amor no es estático. El amor no solo piensa, desea, planea o siente; concretamente, el amor hace. Dios amó y entregó a Su Hijo; Jesús nos amó y se dio a Sí mismo (cf. Juan 3:16, 15:13 - RVR60).
B. Expresión que propone protagonismo (Lucas 10:25-37 - RVR60).
Solo basta con pronunciar la palabra “samaritano” para que cualquier persona lo relacione con un acto de bondad, porque un hombre de Samaria eligió dejar todos los prejuicios de lado y detenerse a atender una necesidad en lugar de pasar de largo. El amor es mucho más que sentir lástima o compadecerse; es ayudar de verdad (ver Mateo 25:34-45 – RVR60).
C. Expresión que presta atención a las señales (Marcos 8:2,3 - RVR60).
Jesús vio la necesidad de cuatro mil personas, tendremos que estar mucho más atentos y despiertos en esas charlas de pasillo en el trabajo o en esas sobremesas para descubrir en qué momento debemos detenernos y ofrecer nuestra ayuda sincera. No seamos cristianos que solo tienen un mensaje verbal para comunicar; vivamos y encarnemos ese glorioso mensaje dando, cuidando, sanando, alimentando, abrazando y acompañando (ver Deuteronomio 15:11; Lucas 3:10,11 - RVR60).
III. El servicio honra a Dios (Mateo 6:1-4 - LBLA).
La idea central es que amar a Dios y amar a nuestro prójimo son inseparables y se manifiestan a través del servicio desinteresado.
A. Expresión que premia (Hebreos 6:10 - RVR60).
El autor del texto destaca la recompensa que Dios reserva para aquellos que sirven con amor, y que este servicio no es en vano, sino que es reconocido y recompensado por Dios. Hoy es una ocasión oportuna para revisar nuestras verdaderas motivaciones.
B. Expresión que desafía la humildad (Mateo 6:3 - RVR60).
Seguro será una obra que nadie llegue a conocer, pero de eso se trata. Servir a las cinco personas de nuestra lista representa un hermoso desafío de humildad y de salud espiritual.
C. Expresión que no se divulga (Mateo 25:21 - NVI).
Después de todo, el único elogio con el que nos ilusionamos es aquel que esperamos escuchar en la meta final de nuestra carrera, cuando suenen las palabras: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!”
Conclusión: Mientras el resto trata de aprovecharse de los demás, nosotros podemos marcar una diferencia significativa poniéndonos a disposición sin esperar nada a cambio. Decidimos voluntariamente ser personas generosas que constantemente buscan servir a otros para plasmar en acciones el amor que sentimos por ellos.
Acción: (1) Mantendremos todos nuestros sentidos atentos para detectar necesidades que nos brinden oportunidades concretas de servicio hacia nuestros amigos de la lista por quienes estamos orando. (2) Ofreceremos ayuda tangible en aquellas situaciones donde podamos servir en la vida de nuestros cinco amigos. (3) Ejercitaremos nuestro espíritu realizando acciones de servicio que no sean vistas por nadie y que no puedan hacerse públicas.
Oración: (1) Oramos para tener ojos más abiertos, manos dispuestas y un espíritu más perceptivo para servir. (2) Oramos con arrepentimiento por las veces que hemos pasado de largo, y esperamos expectantes por oportunidades concretas para ayudar. (3) Nos arrepentimos y pedimos perdón por las ocasiones en que nuestra humanidad nos llevó a servir con orgullo.







