Cada 31 de diciembre apartamos un tiempo para estar en la presencia de Dios y para recibir la unción para la tarea que vendrá. Reunidos en cada templo y conectados a través de Internet, recibimos de los Pastores Principales una palabra que marcará el rumbo del año entrante. Además, en gratitud, cada familia ofrece al Señor una ofrenda especial de fin de año, es a la vez una ofrenda de pacto por lo nuevo que Él traerá.
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