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En la Biblia encontramos más de 360 veces la expresión: “No temas” o “No tengas temor”, porque el temor es un enemigo que nos impide vivir libremente. Hay dos tipos de temores.  El temor reverente (que es el temor a Dios el cual nos trae sabiduría) y el espíritu de temor; veamos este último.

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.”

2 Timoteo 1:7

 

Hay cosas que cosas el diablo tratará de robar al cristiano para mantenerlo cautivo. El amor, el poder y el dominio propio. ¿Por qué el amor? Porque cuando una persona está bajo temor, no puede amar; porque siempre tiene inseguridad y desconfianza. El temor es un enemigo que puede destruir familias, relaciones y hasta individuos, porque le impide vivir libremente la vida que Dios ha determinado. El temor trae celos, contiendas y destrucción. Cuando el temor invade la vida del cristiano le quita el poder y lo lleva a una vida inútil; cuando la persona está bajo temor se convierte en cobarde y se deja destruir por cualquier problema o dificultad. La persona que está bajo la influencia del temor, su fe se debilita y no pueda conquistar lo que Dios le ha llamado a conquistar; el temor le impide vivir en libertad. Dios nos ha hecho libres, y no quiere que vivamos bajo esclavitud.

 

Hay diferentes maneras por las cuales el temor entra en las personas; una de ellas es través de lo que escucha.

“Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel. 22 Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea,”

Mateo 2:21-22

 

Ejemplo: cuando va al doctor, o al mirar las noticias, por escuchar una conversación negativa, etc.

Hay personas que tienen temor al fracaso. Hoy en día hay muchos suicidios por causa de la economía, porque los que un día estuvieron en una gran posición social, no aceptan el haber perdido.

“Porque tuve temor de la gran multitud, Y el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí de mi puerta;”

Job 31:34

 

Sentir temor en situaciones peligrosas es normal, pero estar atado al temor le impide libertad interior. El temor puede hacer que una persona sea incapaz de enfrentar la vida. Algunos no se han casado por temor a fracasar; otros no emprenden negocios por temor a arriesgase a perder.

Si el temor es constante puede llegar a realizarse: “lo que temía me aconteció”.

“Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía.”

Job 3:25

“Lo que el impío teme, eso le vendrá; Pero a los justos les será dado lo que desean.”

Proverbios 10:24

El temor es como un imán que atrae todo lo malo y mantiene al creyente en una confesión incorrecta: “y si no me alcanza”, “y si me agarra la policía”, “y si me deja mi esposa”, “y si tiene otro”, “y si no me dan el trabajo”, “y si no me va la gente a la Célula” y “si me equivoco cuando estoy orando”. Siempre viven confesando males por causa del temor.

Para poder confrontar el temor, debes de confiar totalmente en Dios.

“Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.”

Salmos 121:5

Nadie puede librarnos del temor, solo Dios. Recordemos que para andar con libertad, siempre contamos con Su presencia.

Todo está bajo el dominio de Dios; Él tiene el control de todas las cosas, de lo visible y de lo invisible, aun las autoridades han sido puestas por Él.

Romanos 13:1-3

Los gobiernos o las autoridades están puestos para los malos, no para el que hace el bien. Andar a la velocidad límite, usar el cinturón de seguridad todos los que van en el vehículo, traer sus luces encendidas, etc. Si usted cumple con las reglas básicas, Dios hará el resto.

Para poder ser libre del temor hay que enfrentarlo, y derribarlo con La Palabra. Declárale la Palabra de Dios a ese espíritu de temor, y camine como hijo de Dios venciendo toda adversidad. ¿Usted cree que David no le tuvo temor al gigante? Sin embargo, nunca le dijo: “Gigante”, le llamó “¡¡¡Incircunciso!!!”, o sea que no tenía pacto con Dios. Dios no nos ha llamado a temer al hombre, sino a sujetarnos; Él nos ha llamado a temerle solo a Dios.

Isaías 51:12,16

*El heno es hierba seca o legumbres secas, cortadas y utilizadas como alimento para los animales.

Deuteronomio 10:12

Recuerde que siempre tendrá La Palabra para poder vencer el temor y te transformará, porque tiene el respaldo de Dios y puede confiar en Él. El diablo tratará de robar su paz para que se olvides quién está con usted, pero dice

Proverbios 1:33

Para poder ser librados del temor necesitamos oír a Dios, necesitamos buscarle de todo corazón. El rey David fue un hombre que anduvo huyendo por mucho tiempo de Saúl, pero aun así se detuvo y dijo:

 

“Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.”

Salmo 34:4

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”

Salmo 27:1

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.”

Salmo 23:4

El rey David tenía una plena comunión con Dios y por eso conocía totalmente que Dios podía librarlo hasta de la muerte.

Al estar en comunión con Dios por medio de la oración y el leer Su Palabra, su confianza en Dios irá creciendo, pues usted irá conociéndole, experimentando lo que su palabra afirma y sabiendo lo que Él es capaz de hacer en su vida, en su familia, en su salud, en su trabajo, en sus finanzas, etc.

Usted dirá: ‘¿Pero… cómo hago? Todo esto suena muy bonito, pero a mí se me dificulta mucho el creer así, porque si, de que Dios me libra de mis temores, me suple mis necesidades, me restaura mi vida, y concede las peticiones de mi corazón, etc.’. Créame que le comprendo pues sé que no es fácil y quiero ser muy sincero, si fuera fácil todos lo harían y todos se salvarían y serían exitosos en sus vidas. Pero, el vivir una vida de fe, de victoria y de confianza en Dios lleva tiempo, mucho esfuerzo y sacrificio; solo el Espíritu Santo de Dios es el que nos puede ayudar a mantener esa comunión y hacer crecer nuestra fe.

Dios quiere traernos libertad pero solo a través de la comunión con Él.

Quiero terminar con estas promesas de Dios:

Romanos 8:14-18
Hebreos 13:6
Isaías 41:10
Deuteronomio 31:6,8

Conclusión: El temor es un pecado terrible porque hacemos a Dios un mentiroso, creyendo más las mentiras del diablo que lo que Dios nos dice en Su Palabra. Muchas veces creemos más en las noticias que en la Palabra de Dios y eso es lo que Dios quiere cambiar en nosotros. ¡Creamos en la Palabra de Dios!

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